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sábado, 31 de julio de 2010

ANATOMIA Y FISIOLOGIA. Osteologia.

La Osteología es la parte de la Anatomía que estudia el sistema formado por los huesos. Para estudiar los huesos se utilizan esqueletos o piezas sueltas. El esqueleto de estudio pueden ser natural o artificial. Es natural cuando los huesos están unidos entre sí, conservando sus elementos naturales: ligamentos, cápsula, sinovial, meniscos,etc. Estos órganos articulares tienen el inconveniente de perder rápidamente su forma y consistencia y además no permiten ver las superficies articulares.Por eso se prefiere el esqueleto artificial.

DESARROLLO Y CRECIMIENTO DE LOS HUESOS

Recibe el nombre de osteogénesis u osificación el conjunto de fenómenos histiológicos, fisiológicos y anatómicos que conducen a la formación y crecimiento de los huesos hasta que éstos alcanzan la morfología y constitución que presentan en el adulto.

Los huesos inician su formación de tres maneras: en medio conjuntivo, en medio cartilaginoso y en medio perióstico.
En medio conjuntivo y cartilaginoso.Inicia con la aparición de fibrillas conjuntivas que no son si no la materia colágena, alrededor de los cuales se agrupan células conjuntivas o trabéculas cartilaginosas que más tarde son las trabéculas de la osificación, para pasar a la segunda etapa del proceso que consiste en la impregnación de elementos de estas trabéculas por una substancia preósea denominada oseína, resultantes de las sales calcaréas que llevan los vasos sanguíneos y que es depositada en el interior de las células, iniciándose la aparición de osteoblastos u osteocitos, produciéndose la transformación del citoplasma que de basófilo pasa a ser acidófilo, cuyo cambio se va haciendo progresivo, de tal manera que las trabéculas calsificadas se superponen paulatinamente constituyendo así el crecimiento del huesos.

En cualquier caso los procesos de osificación se deben a la actividad de capas de células embrionarias, muy vascularizadas, que se hallan en relación con las membranas fibrosas indicadas: reciben el nombre de capas osteógenas. Éstas emiten yemas, en forma de tubos irregulares en cuyo centro se encuentra un vaso sanguíneo. Cuando se trata de un hueso de cartílago,  las las células embrionarias que tienen marcadas actividad fagocitaria van reabsorbiendo a su paso la substancia cartilaginosa y las células del cartílago primitiva. la osificación propiamente dicha comienza por la colocación de las células embrionarias  (los futuros osteoblastos) en las yemas en capas concéntricas, comenzando por el exterior, alrededor del vaso sanguíneo central. Entre las células embrionarias se va depositando la substancia ósea, constituida por una mezcla de osteína y de sales calizas. En consecuencia cada yema de la capa osteógena origina un sistema de Havers. Al principio los diversos sistemas de Havers permanecen, en los huesos de cartílago, separado por substancias cartilaginosa, pero esta no tarda en incrustarse de sales calizas y transformarse en substancia ósea.
Los cartílagos embrionarios que han de formar los huesos  de cartílago tienen ya la forma aproximada de estos. Derivan de porciones de tejido conjuntivo embrionario. Por ello se dice que el esqueleto de este tipo pasa por tres fases o estados: mucoso o conjuntivo, cartilaginoso y óseo o definitivo. Se da el nombre de centros o puntos de osificación a los lugares donde esta comienza y de donde va irradiando el proceso el proceso de osificación en las membranas conjuntivas o en los cartílagos primitivos.

En los cartílagos donde han de originarse huesos largos la primera manifestación de osificación se produce al formarse hacia la parte media de la diáfisis un anillo óseo superficial que se va engrosando hasta alcanzar el centro del cartílago, al mismo tiempo que crece en direcciones a ambas extremidades. Poco después en una de las epífisis del cartílago aparece un nuevo punto de osificación que aumenta con mayor rapidez hacia la superficie, antes de alcanzar el proceso de osificación se detiene dejando en la misma una delgada capa de cartílago primitivo. Más tarde se origina otro punto de osificación en la epífisis opuesta que crece de manera análoga. Las tres zonas óseas así formadas, una larga o diafisaria y dos casquetes epifisarios, permanecen separadas durante un tiempo largo por dos diseos cartilaginosos llamados cartílagos de conjugación  o cartílagos diafisoepifisarios.

Los cartílagos de conjugación tiene una superficie epifisaria y otra diafisaria que pueden estar erizadas de salientes o ser más o menos lisas. Poseen un espesor variable que fluctúa entre 3 y 4 mm y se aprecian con claridad en las observaciones radiográficas: En los cortes longitudinales del hueso, dicho cartílago presenta una delgada capa epfisaria de cartílago hialino de color grisáceo y aspecto granuloso; por debajo de esta se observa una capa estriada, constituida en su mayor parte por cartílago degenerado por la invasión de abundantes yemas osteógenas (zona de degeneración); finalmente, ya en la superficie diafisaria, se encuentra una capa caracterizada por abundantes depósitos de substancia ósea (zona de ostegénesis).

El papel fisiológico de los cartílagos de conjugación es muy importante, pues por un lado mantienen unidad diáfisis y epífisis  y por otro lado su actividad produce el crecimiento en longitud de los hueso largos, por lo que se les ha denominado también cartílagos de crecimiento. En efecto, los condroblastos que forman el cartílago de conjugación, proliferan activamente por lo que tienden a aumentar el grosor, pero al mismo tiempo sus superficies especialmente la diafisaria, van siendo invadidas por los procesos de osificación. El resultado es que el cartílago conserva aproximadamente el mismo grosor  en tanto que la diáfisis aumenta continuamente en longitud. cuando los cartílagos  de conjugación, sin un aumento de grosor proporcional, son invadidos por los procesos de osteogénesis, termina el crecimiento longitudinal del hueso.

La osificación de los cartílagos de conjugación y por consiguiente la suspención del crecimiento longitudinal de los huesos correspondientes es variable según los huesos que se trate, pero se verifica comúnmente entre los 15 y los 25 años de edad. No obstante, ese fenómeno puede realizarse más precozmente  o tardíamente cuando existen ciertas perturbaciones endocrinas o metabólicas.

Medulización del hueso.A medida que se desarrollan las trabéculas óseas en el hueso endocondral, tratándose de huesos largos, se verfica que su parte central una reabsorción osteoclástica, mediante yemas conjuntivasculares, que termina por formar cavidades. Estas crecen, tanto en sentido transversal como longitudinal; en este último sentido alcanzan hasta las cercanías del cartílago de conjugación. El resultado de estos procesos es la constitución del canal medular, ocupado por la médula ósea.


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