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jueves, 19 de noviembre de 2009

ENFERMERÍA INFANTIL. Alteraciones respiratorias agudas.

Los problemas respiratorios en el recién nacido, especialmente en el prematuro, constituyen unos de los motivos más frecuentesde ingreso en las unidades de cuidados intensivos neonatales.

Los recién nacidos afectados de problemas respiratorios (distrés respiratorio) presenta una serie de signos comunes, que no indican la causa del problema, ni tan sólo si éste es de origen pulmonar, la intensidad de estos signos si se correlaciona con la gravedad del proceso.

Los recién nacidos con distrés respiratorio presentan:

taquipnea: frecuencia respiratoria mayor a 60 respiraciones por minutos (rmp).

Tiraje o retracciones costales y xifoidea: hundimiento de las partes blandas del toráx durante ña inspiración y de la parte inferior del esternón.

quejido respiratorio: producido por la aproximación de las cuerdas vocalesdurante la inspiración en un intento de impedir la salida de aire de los pulmones y mantener un cierto volumen de aire en el interior del pulmón, al final de la espiración (capacidad residual funcional).

aleteo nasal: movimiento de las alas de la narz para disminuir la resistencia a la entrada de aire durante la inspiración.

respiración en balanceo: retracción del tórax y elevación del abdomen durante la ispiración y viceversa durante la espiración.
La intensidad del cuadro , valorando los parámetros anteriores citados, pueden semicuantificarse mediante el tes de silverman. A estos signos hay que añadir la presencia de cianosis en los casos en que esta comprometida la oxigenación.

La cianosis no es un signo de dificultad respiratoria , traduce la exigencia de una cantidad de hemoglobina reducida superior a 5g/ dl.
La intensidad de estos signos inducará la gravedad del proceso, un cuadro de dificultad respiratoria será tanto más grave cuando mayor es la frecuencia respiratoria y es importante tener presente que en el niño prematuro más que la taquipnea , lo que suele traducir mejor la gravedad es la intensidad del tiraje y la retrac´ción esternal, mientras que en el recién nacido a termino es la taquipnea.

A medida que el cuadro mejora, la frecuencia respiratoria disminuye progresivamente, pero debe tenerse en cuenta que en un contexto de gravedad el descenso de la frecuencia respiratoria, sobre todo si acompaña de respiración irregular o pausas respiratorias, es un signo de mal pronóstico que indica agotamiento muscular y que suele preceder al paro respiratorio o cardiorrespiratorio.

Los recién nacidos que presentan cuadros severos de dificultad respiratoria suelen adoptar una actitud de postración, con la cabeza ladeada y boca entre abierta. La presencia de extremidades frías, pulso débil, taquicardia y depresión del sensorio, junto con necesidades elevadas y crecientes de oxígeno, son signos premonitorios de una parada cardiorrespiratoria de forma inminente si no se toman las medidas adecuadas de forma urgente. Por ello, la enfermera debe saber valorar la evolución y variación de estos signos.